Por fin otra noche en Picos, una año más tarde. Esta vez el plan era pasar la noche en el Mirador de Ordiales, para poder disfrutar de la puesta de sol allá arriba. El día había amanecido despejado, el mar de nubes parecía poco probable. Éramos Don Pablo, Chema, René "hombre del mapa" Perez, Veronica (desde el Caribe con amor) Eyster, Mario (el guía), Dr. Melocotón, Dr. Gancedo, Kim "La Belga" Verberckmoes, Bernie "la Alemana", Eva "la Gallega", Laura y Julia ("las Bruno") y un Juan (un servidor). Un tropel, vamos.
Comenzamos el día con un previo paso por Cangas, para surtirnos de "algo" de pan. Aquí Chema con su espacio vital significantemente reducido.
Tras pasar las fiestas de El Pastor, en la vega del Enol, nos reunimos todos arriba y comenzamos el paseo.
La primera etapa, una aproximación al refugio de Vegarredonda.
Don Pablo aprovechando para hacer alguna trepada en un pedrusco del camino.
Tras una hora más o menos llegamos a la cabaña.
Un alto para cojer algo de agua, y una pequeña cháchara
y seguimos la ruta, ya metiéndonos hacia los picos del macizo
Hicimos algun otro descanso, aprovechando para practicar algo con el cuerno (o intentarlo al menos)
Y ya el último recodo antes de llegar al mirador, en la foto al fondo, con el Picu Cotalba a la izquierda.
En el horizonte asoma la impresionante caída desde la cumbre del Tiatordos (conquistado el último otoño)
Llegamos por fin a la vega de Ordiales, donde encontramos un refugio para pasar la noche
Las vistas desde arriba impresionantes. Quizás más para Veronica, que en su casa allá en Florida no tiene montañas.
Aquí Laura sobre el mar de nubes, justo antes de preparanos la comida.
Y tras una buena fartura, varias componentes preparándose para la siesta....
Mientras 5 exploradores nos dirigimos a hacer la cumbre del día. Subimos Mario, Don Pablo, Kim, René y Juan.
Como siempre, pillamos una ruta alternativa, rodeando la montaña, hasta que salimos de la niebla,
Desde la arriba, las vistas de las cumbres principales del Macizo Occidental, espectaculares!
Completamente rodeados por un mar de nubes de órdago
Un último vistazo y salir por patas que la niebla ya se movía
Una vez abajo, nos juntamos con el otro subgrupo, que volvían al refugio tras una siesta de impresión. Sacamos la comida, mientras las nubes se iban retirando dando espacio para ver la puesta de sol. Aprovechamos para llamar al Arriondas y reservar para bajar el Sella... somos colegas??
Tras una buena fartura (la segunda del día ya) subimos un cacho para ponernos por encima de las nubes, y disfrutar de las vistas hasta que se fuese el sol.
Don Pablo intentando de nuevo (con idénticos resultados) sacar algún sonido del cuerno.
La cumbre del Tiatordos se recorta sobre la laguna blanca
Un poco de amor en familia
un momentazo romántico
Y el fin del espectáculo
Hay momentos que merecen la pena de ser compartidos. A lo largo de este día, tuvimos más de uno. Todavía nos quedaba la vuelta, empezando al día siguiente a las 6 y media de la mañana.
Entradas
